Cerro Pelado

Este lugar es famoso por su hermoso y distinto paisaje, hay personas que dicen que se siente como estar en otro país, yo en particular lo sentí similar a los paisajes del Chirripó, pero eso sí, con su propio encanto. Además, es un lugar que se recomienda subir para ver el amanecer o el atardecer y hacer aún más mágico y aventurero el ride de un día.

Como JuanDa no es tan bueno para madrugar, decidimos ir a ver el atardecer y bueno es que la madrugada para ver el amanecer pega durísimo para los noctámbulos porque de ser el caso, habría que salir de San José, mínimo a la 1am para llegar a las 3 am y comenzar a subir para estar listos en la cima a las 5 am, si se puede claro!, pero JuanDa y yo no lo lograríamos después de una semana dura de trabajo, así que salimos a las 11:30 am de Santa Ana rumbo a nuestro destino que se encuentra en Cañas, Guanacaste. El recorrido en vehículo duró aproximadamente 2 horas y 45 minutos (por las presas y contratiempos), y el Waze nos llevó sin problema.

A la entrada, uno puede decidir dejar el carro en un parqueo privado donde el pago es voluntario, o podés decidir dejar el carro afuera sin costo alguno, la diferencia es nada pero nosotros quisimos colaborar con los lugareños y pagarles algo

por el espacio del vehículo, además debes pagar 2,000 colones por persona por el derecho a entrar.

El recorrido subiendo hasta el final dura aproximadamente 2 horas pero todo depende de tu propio ritmo, nosotros por ejemplo duramos 4 horas porque nos deteníamos a admirar el paisaje, tomábamos fotos y videos, almorzamos de camino un sandwich que llevamos preparado y nos deteníamos para hidratarnos, no teníamos prisa porque nuestro principal objetivo era disfrutar del atardecer en ese hermoso paisaje.

Recomendaciones antes de subir que son fundamentales, ir al baño antes de emprender el viaje, el lugar de inicio cuenta con baños públicos, además es fundamental llevar bloqueador solar, una gorra o sombrero y bastante agua más si subes en época de verano como lo hicimos nosotros. El lugar es pet friendly, por lo tanto, si decides llevar a tu mejor amigo (el perrito) debes de llevar suficiente agua para todos, especialmente para ellos que sufren más del calor, a nosotros nos pasó que llevamos sólo un litro y medio de agua y no nos alcanzó, JuanDa y yo tuvimos que restringir nuestro consumo de líquido para darle a Athos que siempre estaba sediento, pero bueno, era nuestra responsabilidad y nuestro hijo, así que no pasa nada, al final recompensamos con una cerveza bien fría al regreso.

Comenzamos a subir a las 2:30 pm a una temperatura de 33 grados pero como había suficiente brisa el calor no se sentía tanto, por eso lo mejor es llevar ropa súper cómoda y subir con mochilas lo más ligeras posibles.

La primer cuesta es de aproximadamente 1km y medio, pero luego la caminata es súper amigable, mucho plano o subidas cortas por lo que lo hacen un paseo para todo tipo de personas, además de que en la entrada te alquilan a 1,000 colones bastones de madera para que te ayudes a subir si no sos tan diestro en las caminatas con piedra suelta, también te alquilan focos si te quedas hasta el atardecer como nosotros.

Hay varios puntos donde puedes disfrutar del ocaso, pero nosotros fuimos a conocerlos todos y luego elegimos por el menos concurrido. La vista es asombrosa por donde quieras que voltees a ver, un panorama distinto sin duda alguna y una experiencia única. Como el suelo es árido, rocoso y seco no había oportunidad para hacer un picnic como tal, pero eso no fue impedimento para desear un vinito mientras veíamos ocultarse el sol.

A las 6 pm se fueron los últimos rayos de sol y esa fue la señal para nuestro regreso, la bajada acompañados de la luna la hicimos en una hora. De regreso a casa sólo un pensamiento nos invadía en la mente...QUE BUEN RIDE!!!

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